-“Ciertamente señor taxista, he abordado su pequeña nave sin vacilación, (excuse mi atrevimiento) creyendo tal vez ser una incómoda excepción el que esta noche habiendo ya recorrido tantos kilómetros le confiese de tardía manera que apenas llevo en el bolsillo un sol chancado que aparenta falsedad, y una receta médica que no traigo conmigo, fracasé... Implorar no me cobre la carrera sería ridículo e innecesario injusto quizá, lo sé por la fotografía pegada en una esquina del retrovisor, son seguramente esos siete niños sus hijos, y a juzgar por la ausencia de la madre, podría suponer que su esposa ha de estar muerta, enferma de repente o seguramente bajo un camisón de seda barato mientras frente al espejo va planchándole la camisa a quien le prometió una vida mejor... Dios quiera haberme hecho menos sincero amigo pero no lo pude evitar, será entonces culpa mía que esta noche sus pequeños no prueben ni en pensamiento el tibio olor que humedezca sus pequeñas narices de una pierna de pollo que seguramente ahora están imaginando mientras aguardan por Ud. Ojalá ya estén durmiendo para cuando llegue. Déjeme decirle que este engaño no tiene perdón de ningún tipo, sino el castigo de ser arrollado por sus desgastadas llantas que no podrían aguantar una carrera más extensa que la que en estos momentos estamos recorriendo...
-¿Por qué sigue avanzando...Por qué me observa?-, quisiera saber... Se ha fijado tal vez en mi pena amigo, y es cierto que es muy grande y es cierto también que pude haber ido caminando, sin embargo el tiempo transitó con normalidad... -¡No amigo, no tiene por qué acelerar, si le he mentido, acaso con descomunal descaro!-... Sin embargo quisiera preguntarle por vez repetida ... -¡Por qué!-... Tal vez me está ayudando porque la razón está carcomiendo sus inquietudes y pretende hacer de la verdad su último paradero...
Esta receta que guardo en mi bolsillo jamás habría podido pagarla, y aún así lo intenté, caminé mi amigo por las calles sin conocer a la gente que perseguía casi llorando para pedir dinero, quizá menos que un diezmo, una voluntad que no ascienda más que a una molestia pulgar , sin embargo parece ser que la gente ya no tiene tiempo para escuchar, sino para caminar sordos y raudos hacia sus oficinas, boutiques, puestos de mercado estudios contables, universidades o simplemente hacia ninguna parte....No conseguí obtener más que esta moneda que le aseguro no está falsificada, pero que tampoco pretendo la acepte como una vulgar parte fantasmagórica del pago...
Ya casi estamos llegando y siento que en vano es haberle engañado porque de nada sirve aquí mi presencia, mejor detenga aquí su destartalado Tico que yo seguiré caminando, además no querrá ver mi llanto cuando sepa que.... Me pongo horrible, la nariz se me hincha, y los labios, parecen dos mollejas resecas ... ¡Por qué no se detiene!...-¿Continuará?...Entonces comprenda mi dolor... Cargaré el cadáver en brazos...
Lo enterraré cerca de la casa, en un hueco muy hondo, tan profuso que haga su recuerdo más difícil cada día que decida no acercarme a echarle una flor...-¡No, no baje del carro, Déjeme entrar solo...Por favor no insista, en casa no hay nadie, y no tengo nada qué ofrecerle...El seguramente me espera tieso sobre la colcha en que todas las tardes se recostaba...Despreocúpese, su cuerpo es muy pequeño podré levantarlo sin esfuerzo...
Créame amigo que de quien estoy hablando es de un perro...
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