Dale señor el descanso eterno,
Brille para ella la luz perpetua
Dame señor el descanso eterno,
Brille para ella la luz perpetua
Dales señor el descanso eterno,
Brille para todas ellas la luz perpetua

Dejen su mente tranquila sin deambular en cualquier esquina de la psique donde yo este presente. Abandonen mi cuerpo y el significado de mi extensión, y desconecten sus sentidos de aquellas cosas que digan que rondé sus caminos. Descansen en paz desde mi ausencia y mi total silencio, les regalo mi estar en exclusiva de lo únicamente necesario, de lo contractual.

Yo confieso que me harté de ustedes, pero tengo muy presente que es probable que no más de lo que ustedes de mí se hayan podido hartar. Sin ir a ningún lado los dejo por esta hora, mientras el imbécil búho aclara en el alba los afectos sin efectos. Cuanta desazón al leer y al escribir. De pronto dolorsitos retornables por doscientos pesos. Payasitas descoloreadas murmurando en la Plaza de Bolívar regocijándose en la segunda venida de los reyes de España.

Ingratitud perversa y deseos de amar. Imposibilidad de ello. Alegoría de lo ruín y el panfleto existencial. Sean libres mis angelitos de mí. Siento que ya no tengo mucho que decir, sólo recordarlos hasta que mi corta memoria lo permita, y rezar, seguir rezando. Sin fe.