Soy así, una mujer de nadie, una que sabe pertenecer a nadie, Que si ama, lo sabe nadie, juego a querer a todos y a nadie a nadie, para no nombrarles, a todos para no olvidarlos, me alcanza el pecho para muchos y los gemidos para todos, aún no encuentro como mujer de nadie, quién no me haga pedir siempre más. Soy la mujer de nadie, y de todos, plaza pública, con escaños para todos, de remolinos en el viento y de algodones coloridos soy la mujer de todos, sonriente en una esquina. Soy la mujer de nadie, buscada en la noche más gris, La que te regala una caricia, la que te escucha, oreja de tus bajezas, la que te dice Campeón, aunque sabe, que caíste en algún round, y eres derrotado, y a veces cobarde pero tú, le escuchas, porque nadie como yo sabe, que no importa ganarse, mas que a uno mismo. Mujer de nadie, me dijo ese estúpido, ese que no me tuvo, por darme el gusto de decirle un buen ¡no!, sirve, para creerme un poco casta, sirve sentirse a veces un poco virgen, siendo Mujer de nadie, y voz de pueblo, una se profesa pía de carne y victima de deseos, ¿pondrás en mi boca una rosa? cuando esta mujer de nadie, esté con los ojos al cielo y rogando por un camino, para transitar sin que, nadie le diga; ¡puta, mi puta, puta mía, muévete puta, hija de puta, por la puta, muérete puta! Mujer de nadie, hija de mi madre, madre de mi hija. Eso es todo cuanto soy |