Porque maté la esperanza
con un soplo de mis labios;
porque robé la ilusión
de una vida que no es mia;
por perder una mirada,
por pisar una sonrisa.
Por mirar para otro lado
cuando el barco ya se hundía;
por no llorar,
por huir;
por no recoger la sangre
y además hurgar la herida
que abrí en canal con mi espada:
mi compañera del alma ... la mentira.
Texto agregado el 04-02-2005, y leído por 118
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Lectores Opinan
10-02-2005
Un autoreclamo que bien nos atañe a todos. En alguna medida y circunstancias somos delincuentes de la indiferencia, del egoismo, de lo fácil. Un abrazo a tu poesía. Dainini