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La parrilla de don Horacio, así se llamaba ese restaurante, pequeño y simpático donde según los lugareños se comía el mejor cabrito de la zona de Almafuerte. Estaba situado a orillas del lago Piedras Moras,,, cerca del camping, con una vista excelente hacia el lago desde sus ventanales amplios. Siendo ya el ultimo domingo de Agosto había pocos comensales, no obstante ello Horacio contaba con la ayuda de su hermana los fines de semana. Ella, los demás días trabajaba en una oficina jurídica y esto era buena excusa para olvidarse un poco de los expedientes. Solía encargarse de la barra así como preparar los cafés y los postres, mientras su hermano servia las mesas. Estaban preparando la mesa para comer ellos, cuando vieron entrar un automóvil al estacionamiento. Una pareja bajó del coche para almorzar. Se ubicó en una mesa soleada con vista al lago, cerca a la barra. Por suerte estaba preparada con su vistoso juego de manteles, completaba la decoración los platos blancos con un fino filete rojo y las servilletas con el mismo detalle.Horacio tomó el pedido para pasarlo sin demora a la cocina, mientras la hermana de tanto en tanto observaba a la pareja. El hombre era mas bien delgado y alto, canoso con ojos celestes, que al cruzar la mirada con los suyos hacia de que se sintiera algo extraña, era como que le fuera familiar. La mujer era de mediana estatura y también tenía ojos celestes. Escuchaba su conversación durante el almuerzo preguntándose si serían turistas, parecían ser cordobeses, pero cada tanto pronunciaban alguna palabra que la desorientaba. Notó que el hombre cada tanto la miraba con una expresión serena, pero había algo en esa mirada que la seguía inquietando.Ya terminando el típico postre de zapallos en almíbar y a punto de tomarse el café, se levantó la mujer para dirigirse al baño. El hombre en ese momento le pidió a Horacio si le podía facilitar un bolígrafo, la hermana escuchó su pedido y extrañada de por cómo había solicitado la birome se la alcanzó directamente. El levanto la vista y sin quitarle los ojos de encima dijo:Gracias...muy gentil Volvió a la barra un poco nerviosa, si...esa mirada intensa no había duda que la perturbaba, pero si era un completo extraño. Cada uno de esos pensamientos martillaban su mente, mientras lo observaba disimuladamente sin poder soportar la intensidad de sus ojos. Finalmente la pareja pidió la adición y después de una breve sobremesa donde él no dejaba de observarla se marcharon.Horacio se puso a limpiar la mesa y como vio que además se había manchado el mantel a cuadros, lo recogió por las esquinas para mandarlo a la lavandería...algo debajo del mantel llamo su atención, donde se había sentado el caballero estaba la servilleta blanca sin usar, doblada prolijamente en forma de triangulo y escrito la palabra MAGDA. Horacio frunció el ceño por un instante y dijo: !Que extraño!¿Que? le pregunto su hermana ¿Cómo puede ser que sepa tu nombre?¿Mi nombre? Dijo ella todavía mas sorprendidaSi...esta escrito en esta servilletadéjame ver...¿de donde lo habrá sacado?, será mera casualidad si ni siquiera lo conozco, aunque a decir verdad me resultaba familiar su rostro.Abrió la servilleta no dando crédito a sus ojos, tenia un largo escrito que reconoció a medida que leía, decía:MagdaHoy e tenido la dicha de conocerte un poco mas que por Internet...ver esos ojos hermosos, tu dorada y lacia cabellera. Se que comprenderás mi silencio, no todos entienden nuestra inmensa amistad. Muchas millas de mar nos separan, pero nuestros espíritus comparten vivencias y emociones...también nuestros corazones.Llevo grabado para siempre en mi retina la imagen viva de este maravilloso día...perdóname, se que me entenderás.Las lagrimas brotaban de su interior, con su mirada recorrió el estacionamiento pero...ya estaba desierto, solo le quedaba el recuerdo de esa dulce e intensa mirada, aquella de los ojos celestes como el cielo. Con gran congoja...pero feliz por dentro, pudo responderle a su intrigado hermano. Era mi amigo del alma...uno de los tantos cordobeses que viven en el viejo continente. Lo conocí gracias a Internet.
Nicolas Jackson

Texto agregado el 02-02-2005, y leído por 129 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
11-02-2005 mmm es re lindo que pena que el no diera tiempo para hablar, no dijera nada... bueno quizá es eso lo que lo hacer ser bueno. tania16
 
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