Inicio / Cuenteros Locales / gui / Un valeroso desafío
La voz se escucha grave e imprecisa en ese socavón sobrecogedor. Son imágenes augustas que descomponen sus pensamientos que más que pensamientos, son una marea imprecisa de sucesos inconexos. Y la imagen del Salvador predicando y ellos besándose y acariciándose en un vértice náufrago de luces, marea expectante a punto de asaltar sus convicciones, relámpagos que los ciegan y los vuelven a la realidad, enérgica transfusión del verbo en sus pieles sensibilizadas, solemne quietud sólo conmovida por los ecos de los ecos, pasos procelosos, ambiguas expresiones en la multitud de rostros reconocibles, medias tintas siniestras que fagocitan los tenues reflejos y relumbrones que buscan victimar la pupila desprevenida, risas nerviosas que se unen al coro de ángeles danzarines, las sombras se apoderan de un cristo atormentado mientras racimos de flores desolladas emiten olores quejosos y mortecinos. El texto sagrado relumbra en medio de las tinieblas mientras una voz reverberante pronunciaba un amasijo de palabras, manos que suben y juguetean frente a los rostros severos y luego bajan para quedarse como palomas muertas sobre los regazos, patética noche instaurada en una ínsula tenebrosa que rechaza estoica la luz del día, escenario ancestral que promulga los pactos, impulsando a los seres al desfiladero de las certezas y a la disyuntiva de las dudas, frenesí, relámpagos cegadores, los ángeles divagando sobre las alturas oníricas, manos en ciernes para que el círculo dorado aprisione uno de los dedos e imponga los términos protocolares de un valeroso desafío. Finalmente, las gargantas trémulas dejan escapar un par de gorriones que preconizan la decisión de entrelazar un par de corazones por una difusa eternidad. Hombre y mujer abandonan el sórdido socavón, con sus manos temblorosas compartiendo sus sudores, campanas al viento, séquito a sus espaldas, la vida por delante, hasta que la muerte los separe...
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Texto agregado el 01-02-2005, y leído por 430
visitantes. (6 votos)
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Lectores Opinan |
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08-02-2005 |
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¿quien no lo hace hasta que la muerte nos separe? luego al salir del acombado cielo con imagenes sacras y no tanto, de pensamientos tan individuales, la vida se presentará con toda su abanico de cosas, a partir que quizá en una esquina del templo que fundió dos argollas doradas, haya un perro con una pata parada oleando la voz del salvador.
estrellas gui. curiche |
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03-02-2005 |
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Mi mente divagante, jajaja, imaginó esas sensaciones en un rito nupcial. Me encantó, como todo lo tuyo. Van mis estrellas. Magda gmmagdalena |
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02-02-2005 |
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muy bueno, el léxico impcable, sin dudarlo digo *****, un estilo como pocos india |
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02-02-2005 |
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wow, ficción?? estoy bromeando. Van mis cinco anemona |
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02-02-2005 |
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Un día de estos te pediré que escribas una novela entera para mí, porque todo lo que leo, aun lleno de impecable estilo y convicción del hombre, no del narrador; me parece poco, se acaba enseguida. Un beso. Ruth |
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