Por pensar soy inútil.




Pensaré que el amor es eterno,
que me esperas desnuda en la cama.



Pensaré que cuando pasa el último carro
podré cruzar a la otra acera
donde todos sonríen,
comen helados
y suman
logaritmos.



Posiblemente un auto me arrasará en el intento.
“Pensador prensado, derrama pensamientos en plena vía pública”
en los diarios y mi cadáver vía satélite.
La fama es el hallar.



Pensaré en ti,
en otra
y
otra
más.
Mi virilidad estimulada no conoce fronteras.



Pensaré que por pensar soy inútil.
No soy una hormiga
pues admiro a la noética cigarra del espejo.

Pensaré que los muchachos tienen los ojos rojos
por llorar sobre los trapos del mundo, la frivolidad
y la contaminación ambiental.
Me acercaré sonriente a saludarlos
y en medio de sus químicas risas
dirán “Este tío vale oro”,
luego acordaremos un día anónimo para embriagarnos
y me iré así
de
fácil.

Pensaré que nunca he pensado,
que soy un vil instrumento
en alguna mano negra de hombre blanco.

Pensaré que me esperan.
Pensaré que me olvidan.
Pensaré que tengo miedo porque
parece que están matando perros en la esquina.

Pensaré que no me amas
y que, tal ves, lo haces,
que tengo tiempo.
Todo el tiempo del reloj
para pensar en la fotografía
de mi cráneo destrozado
en la prensa
nacional.

Willni