Para ella que me mira y calla. Piensa y siente diferente. Pero me comprende. A ella que en la madrugada silente me acoge. Me desborda de amor. Me protege de mi melancolÃa. Que aun no siendo mÃa. Me aprisiona. Eres tú quien se pierde en mi mirada. Y en mis brazos permanece acuñada. Susurrando cariños de tierna aya. Para ti es el plectro saliente. Que quema mi alma como brasa caliente. Tuyo es el talante de mi poesÃa. Que estalla. En mà libremente.
Texto agregado el 01-02-2005, y leído por 150 visitantes. (2 votos)