Al entregar la aurora
alojamos nuestras miradas junto al silencio
embellecido por luciérnagas de papel
y astros de arena que escamparon en la ausencia
Entonces son los ciegos los heridos,
como amantes abatidos por la espera
y la herida distante de un reencuentro accidental
cerca un mar amarrado a un campanario
que a lo lejos parece un cielo apoyado en una estrella.
Son los hombres los amantes
los distantes pasajeros.
Embriagados por la noche depusieron sus preguntas:
¿Dónde van los caminos apretados de mi pecho?
¿Dónde encuentro las raíces del crepúsculo vivo?
¿Dónde miro eterno el retorno de mi mismo?
La noche se viste embriagada de hombre
Y el hombre en silencio allana sus surcos
Texto agregado el 01-02-2005, y leído por 118
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
08-03-2007
Me parecen excelentes tus metáforas. Es ade "la noche se viste embriagada de hombre" está de poca madre (chingona, pues) filosoyfeo
03-02-2005
Hermosas imágenes, palabras al vuelo que dicen belleza. Interrogantes que traen la respuesta en releer y releer tanta maravilla. Es una creación que abisma. Todas las estrellas para este magnífico atentado de letras. FaTaMoRgAnA
01-02-2005
QUÉ BUENO QUE ESTÁ ÉSTO!!!!!!!!!!!!!! katya
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