Han pasado un montón de años desde de que Goebbels llegara a las conclusiones de que los judíos eran el enemigo a batir, el parásito entre los pueblos, la encarnación del mal; y de que Hitler, con la coartada perfecta publicara en su “Mein Kampf” “Al combatir a los judíos cumplo la palabra del Señor”… Por cierto, debe ser por esto último lo del silencio de Pio XII ante el holocausto.
Ahora celebramos el sesenta aniversario de la liberación de Auschwitz y escucho en la televisión las intervenciones de los representantes enviados a los actos conmemorativos. Está claro que cada uno saca sus propias enseñanzas. Y vemos como el representante del Vaticano se dedica a dar un repaso a todos los males del comunismo, no sé qué tiene que ver… Otros ensalzan el papel glorioso del Ejercito Rojo en la liberación… Los más se ensalzan ellos mismos y su papel en la segunda gran guerra… Así hasta llegar a la “estrella invitada”, Israel, al menos han tenido la decencia de no enviar a Sharon, lo cual es todo un detalle… Su representante repite una y otra vez cómo el mundo occidental cerró los ojos durante años a lo que allí estaba pasando, lo cual, sin perjuicio de lo que ocurrió entonces, que no debe volver a ocurrir, me resulta hoy por hoy un argumento lamentable.
Israel es un estado que nació como un subproducto de la mala conciencia de occidente, un exabrupto de arrepentimiento y una manera de quitarse un problema de encima los unos para enviárselo a los otros. Pero en el caso que nos ocupa, Israel se ha convertido en el alumno más aventajado de la clase en lo que se refiere a la extorsión, en el crimen selectivo y en el que no lo es tanto, en el desprecio a los derechos humanos; en la matanza (Shabra y Shatila), en la creación de guetos, en la apropiación indebida; en despojar de bienes a pueblos enteros, en invadir territorios de otros estados y en el incumplimiento sistemático de las resoluciones de la ONU… todo un logro para estos abanderados de la injusticia, la infamia y el atropello.
Es muy triste que precisamente los que más deberían haber aprendido de aquello que ocurrió en Europa hace ahora más de sesenta años, sean los que peores enseñanzas hayan obtenido. Es triste también que con el infausto recuerdo del sufrimiento de un pueblo se siga alimentando el miedo y la amenaza hacia otros.
¿Hasta cuándo el pueblo de Israel estará cobrando a quienes no tuvieron ninguna culpa la deuda del nazismo con la connivencia de los USA y el mirar para otro lado de todos los demás?
Pues eso, que no se repita con ellos, pero con los palestinos tampoco. Porque, de momento, lo único que están haciendo es acercando posturas a los nazis, y, utilizando los mismos métodos, perseguir idénticos fines, que no son otros que borrar por completo de la faz de la tierra a un pueblo.
Ahh… y un recuerdo a los polacos, los gitanos, los homosexuales, los perdedores de casi todos los frentes y a todas las demás victimas que también lo fueron, pero casi nunca aparecen como tales. |