Te conocí entre risas, entre dulces y colores
azul... una cama y recortes de aficiones.
Y ahora, siete inviernos han pasado
entre ilusiones, deseos, llantos y contradicciones.
El tiempo, furtivo enemigo, que nos aleja
que nos corrige y nos enseña.
Y hoy, al mirar hacia atrás
recuerdo tu tierno rostro,
el miedo y la timidez que expresabas.
Amistad, profunda y sincera
callada y serena,
inocente y duradera,
que con el paso del tiempo
más de ti quisiera.
Calor, comprensión
un hombro que por ti lloró
al que, con un poco más de tiempo
encerrar tu amor consiguió.
Y no se como, sin una flor
solo la distancia, y el dolor
más de ti exigió.
Crecer fue doloroso
pensar que si ti viviría, peor;
pero aún así, esperanza inconsciente
a tu ser guió, y el destino nos unió.
Los números no juegan hoy a mi favor
siete, catorce, qué más quisiera yo
sólo dos, por ahora, esperar es lo mejor
a tu lado y por siempre...
¿quien iba a pensar que terminaríamos así?
(si esto no es amor, entonces el amor no existe) |