Te enojaste, con razón o sin ella.
Estábamos corriendo en círculos,
volvíamos sobre el mismo punto,
reclamábamos algo que no podía ser.
Nunca voy a bailar, soy tan estupido y miserable.
(Ni en eso puedo dar el brazo a torcer)
Y vos con tu vestido y tus zapatos nuevos.
Y yo con mis principios y mis fobias.
Viejo de alma, viejo para vestir.
Y agujeros aquí y allá, telas negadas a la eternidad.
Era una nimiedad, pero parecía tan importante.
Y de vuelta en lo mismo, nada parecía dar resultado.
Silencio, susurros furiosos, miradas filosas.
renegábamos de algo que estaba en nuestra esencia.
Y que no, y que si, soy tan estupido y miserable.
(No deseo ese deseo pero deseo complacerte)
Y vos con tus delirios simples y risas puras.
Y yo con mi amargura y mis tristezas gastadas.
Pobre de risas, pobre de estilo.
Y líneas aquí y allá, baldosas negadas a dar respuestas.
La noche fue más noche aun, eso era siempre igual.
Ahora alguno iba a definir, tenia que suceder.
El pozo del ego estaba seco y sin solución.
reververancias de quien sabe que queríamos lograr.
Y el silencio ganándose un lugar, soy tan estupido y miserable.
(Tu pureza es lija en mi estructura mental)
Y vos con tu paz y tu armonía.
Y yo con mi cansancio eterno e insatisfacción continúa.
Lento en volver, lento para entender.
Y horas aquí y allá, noche negada a besarnos bien.
Tal vez aprenda a bailar.
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