¿Qué vericuetos tendrá mi mente? Creo que el mismísimo Freíd, después de fumarse un par de los suyos, hubiera decidido abandonarme. (¡¡Bueno, al menos no me hubiera colgado en la plaza pública como otros!!).
Me es común soñar con amigos queridos, que en lugar de ser humanos son comida. Un amigo, una masa de pizza. ¡¡¡Encima cruda!!! Una amiga, una bolsa de cereales. ¡¡¡Y con asma!!! Terrible. Pero lo que más recuerdo es haber soñado en reiteradas oportunidades el hecho de ser madre. Hasta ahí todo va bien, pero cuando mis hijos nacen cada cinco minutos o cuando mi hija alcanza mi edad en una semana … Bueno, comprendo que algo no anda sobre rieles en mi mente.
Otro sueño recurrente (y acá me pongo seria) es aquél donde yo era hombre, bien formado, y tenía sexo con una mujer. Podía hasta tener las sensaciones que supongo tiene un hombre. ¿¿¿No es fabuloso??? Y no, no vengan con eso de que es un deseo reprimido, porque les aseguro que no quisiera dejar de ser mujer. Y menos privarme de ser madre. ¡¡¡Imagínense si mis hijos sólo se llevaran minutos de vida!!! ¡¡¡Bárbaro!!!
Otra cosa que me llama la atención en los sueños es el hablar con los animales. El último dialogo que tuve fue con un perro vago. Me estaba esperando en la puerta de mi casa, muy sentadito el señor, para pedirme plata para comida porque tenía hambre. Por supuesto que no le di. Sí le convide de mi pan, tampoco soy tan mala, pero ¿darle plata? No, ni loca. ¡Quién sabe para que la usaría después! ¡¡¡Perro vago!!!
En fin… después de todo esto hay algo que sigo sin resolver: ¿por qué me dicen rara?
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