Cuenta una leyenda, que existió un ser conocido como "El diez pajas", nada se sabe sobre él, solo este manuscrito rescatado desde un bote de basura, en un sucio baño de Estación Central, podría ser el eslabón que une el mito con la realidad. Algunos estudiosos dijeron que es un texto original de Cris Barren. El estudio aún persiste...
El Diez Pajas
Corría, corría, corría
y su diestra mano sacudía.
En una postura sobrenatural
y esforzándose por llegar al final.
Desde la mañana al medio día
ya llevaba tres y su mano aun corría.
Aunque le brotara poco caudal
seguía con su hábito siempre igual.
Dicen que el pobre apenas comía
pues usaba ese tiempo en lo que quería,
malgastando todo el papel residual
en limpiar la miel que dejaba su panal.
Las pocas fuerzas que aún escondía
las utilizaba en satisfacer su manía.
Continuando con el modo manual
ya llevaba seis, así tal cual.
Y cuando una mano se le dormía
usaba la otra que aún tenía.
No era una necesidad vital,
era más una cuestión mental.
Tomando el té, le contaba una tía
que los senos caídos se operaría,
Y sin ningún tipo de moral
cumplió nueve, ¡ésto es fenomenal!
Hubo un día que el abuelo sospecharía
y esa misma tarde el viejo le diría:
- Hijo, esa hueá hace mal;
- Lo sé tata, ¡Pero es sensacional!
Cuando el duro pijama se ponía
¡una más! y con mujeres soñaría.
Y antes que empiece el matinal
está listo en pie, como reloj digital.
Si alguien se siente identificado
no le eche la culpa al empedrado.
Y aunque puede ser fatal
si hay que correr riesgos los corremos igual.
Esto no es una poesía
suena más a mitología
se podría hacer un documental
para que lo dieran por algún canal.
FIN
Dedicado a
todos aquellos personajes con callosidades,
que gustan tanto de los trabajos manuales.
"Entre Anécdotas Pastizas y Singularidades" 2004 © Chile |