A D. Manuel con muy mala leche le llamaban en el barrio, el “Simbólico”, el hombre había tenido la desgracia de perder sus atributos masculinos (ambos los dos) en un terrible accidente de tráfico. La que más se ensañaba era Margarita, su mujer que no dejaba de repetírselo una y muchas más, con el menor pretexto, D. Manuel Hombre educado, soportaba con estoicismo espartano las múltiples humillaciones, pero se guardaba un As en la manga cuando su esposa le llamaba SIMBOLICO, el pensaba ¡SI TE CALLARAS, BRUJA SINTETICA!, (ella tampoco estaba muy sobrada de lo suyo, más bien tiraba a escasa) pero nunca se atrevería a decírselo…. lo cual le dejaba un amargo regusto de venganza incompleta, un día se armó de valor y lo escribió en una cuartilla, el verlo escrito le hacía sentirse más valiente, otro día en un arrebato lo metió en un sobre y se lo envió por correo. Llamaron a la puerta, Margarita preguntó ¿Quien es? Desde el otro lado una voz varonil le contestó - ¡EL SOBRECOGEDOR! (así era como se autodenominaba el cartero). Abrió el sobre, lo leyó y dejó el contenido sobre la mesa, cuando D. Manuel (que estaba al acecho), preguntó -que es esto? Ella le contestó - ¡publicidad de la sintética! -Que? (Contestó perplejo) -Si hombre, una tienda ortopédica Por cierto podías visitarla, tienen suspensorios con relleno que podrían arreglarte la apariencia. En la cocina con la puerta cerrada la mujer se reía a carcajadas. Mientras resonaban los cabezazos que D. Manuel se daba contra las paredes.