no me canso de repetir siempre lo mismo, encuentro un ritmo apropiado en la insistencia.
los diferentes temas son como colores, a los que vuelvo una y otra vez, desquisiado muchas veces, pero vuelvo. las palabras alcanzan, y son suficientes, como para meser al corazon eternamente.
se perdonarme cuando estoy perdido, y no puedo retornar adonde estaba, entonces, abro un surco de entre la maleza, y me pierdo en el monte del intelecto, sin vover la vista atraz, sin pensar en el fracaso.
cuando escribo soy un hombre nuevo que luego olvido. sin reprocharme luego, el soplido de ignorancia que me acompaña, como un ente de cuatro patas, que no desea partir de mi facilmente. continuo mi vida como si nada. piolamente.