Juegas a herirme con tus pequeñas indiferencias
Juegas a herirme con tus silencios llenos de ausencias
Juegas cuando te hablo y se pierden tus miradas
Quieres herirme cuando juegas a amarme
Cuando quiero tus caricias quieres y juegas
sin importarme...
cuando busco las caricias de tus manos juegas
acariciando mi cara como mariposas inquietas
vas rompiendo las horas dejándome en tinieblas
desvalido como un niño abandonado en el olvido
y juegas a darme la mano a darme la luz
a herirme cuando me das las alas rotas de una mariposa
desosiego y vació de no discernir entre la realidad y tu
dejando caer de mis manos alas de mariposas sobre la hierva
como simientes de crisálida atada a la tierra con hilo de seda
y horas de tinieblas
a la espera del nacimiento de una mariposa que el viento acompañe
hacia una flor solitaria que no se destiña en otoño
Texto agregado el 27-01-2005, y leído por 168
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Lectores Opinan
19-05-2005
me gusto la prosa, sencilla, clara un juego en el que caemos todos corazonpartio
09-04-2005
Un arreglo sucinto en la puntuación, es la recomendación que os hago. Pero dentro de todo, muy buena prosa poética. Saludos. Ophelia_Plath