Uno pintaba colores, el otro sólo tenía acuarélas Una flor marchita recogí para buscar su arte Una rosa blanca desprendí, así, igualar el dolor Mediodía, al obnibus, papeles expedientes Por la noche un obnibus muerto de cansado un segundo pienso en ti pero el sueño me atrapa la mejor aventura que jamás viví aquella flor marchita me recogía a mi una rosa blanca me hacía morir un día pinte colores y de golpe solo tenía acuarelas. Estando a mil, paseo constante te veo quizas no descifro el sabor o si es producto del polvo mágico que Rueth me dio o de las que ruedan o de los gases de humo. Estando a cien, me niego a parar, me quiero arriba e inclusive con voz en off, si es producto del agua de vida o del muzgo que no es del pan o de las que ruedan o de los gases de humo. Necesito llegar al punto más rojo de mi azul necesito que vos me traigas y me presentes el amor real. La ciudad está tranquila, es obvio que debes estar durmiendo, el humo no deja ver lo claro, el viento lleva lo que imaginé. El verde no está más en los prados, tan solo en el pulmón de tres. El blanco no está más en las cumbres, con el blanco hoy me derrumbé. La luna no es más de los enamorados, la noche es para esconder, las caídas, los dolores, las locuras de mí ser. El recuerdo de otro día de lluvia, empapados en ternura, sometidos a un sentimiento, con lo simple como reflejo y tu mirada permanente, la música dirá lo demás. Montevideo está aburrida, la noche del lunes, el gris del cansancio. Otra vez me he puesto a pensar en vos, también el ¿porque estoy con vos?y no saco conclusiones, solo sé que llueve,solo sé que te quiero, que sos mi rosa y ahora estoy seguro que la única en flor. Me desías que estuviera a tu lado pero no mucho. Querías que te comprendiera y escondías tus sentimientos Un beso, una noche, un silencio, muchos,, muchos silencios Nada más precisabamos que mirarnos no había palabras. Fué una despedida en silencio, los rumbos están trazados y los caminos eran distintos. Lo que hubo no se olvidará, servirá como fuerzas para proximos destinos y el explorador le cantaba a medida que se ivan alejando y le saludaba con la mano... El recuerdo de otro día de lluvia, y tu mirada permanente... la música dira lo demás.