Me mirabas a escondidas mientras yo cantaba. Te cantaba en secreto mientras los demás no creíanque más tarde habríamos de charlar. Ella me entregó un papel de músicas encantadas, suenan en mí cabeza caminando en la ciudad. Algo me dice que nos vamos a encontrar, suspirando darmos besos pendientes hasta que otra vez me despertes y nuevamente nos digamos adios.

Todo estaba en silencio para la gran actuación... Desde el balcón del teatro sólo suspiros se oyó. Tan bonita como de un cuento, aferraba la mano a un color y los dos se daban calor del más tierno fuego. Hubo pocas palabras pero bastarón hubo pocas miradas, pero yá eran suficientes. No importa como continuen nuestros caminos, nadie les quitará esa noche ni siquiera el recuerdo, ni siquiera el olvido sólo interesa lo vivido saber que nació desde los dos a pesar de los pesares pues ¿quién sabe? con que malavares mueve las fichas el mundo... Así es que sin ponerse a pensarlo no se dejaron de besar y no eso bastará para que la lucha continue.

Solo un café nos podía unir, tan solo lo que dure el café. No es raro que tuviéramos todo en contra, ahora quizas es solo vivir con el recuerdo de la ternura de nuestras miradas y con un sentimiento oculto, permitido solo en nuestras soledades, esquivo cada vez hablamos... Pero no te preocupes, yá aprendí a quererte desde lejos, por más que la vida diga que no, ella nunca podrá borrar nuestros momentos y eso es lo importante. Te deseo lo mejor. Si te sientes mal por cualquier motivo, recuérdame; sé que aunque esté ausente igualmente podré arrancarte una sonrisa; pruébalo, a mi me dá resultado. Siempre ten presente que vale más una sonrisa triste que la tristeza de no haber sonreído jamás.-