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Una vez más se encontraba caminando por esa calle. La noche lo acogía a la inglesa: neblina, frío y ventolera extraña. De su bolsillo saca una cajetilla de cigarros. Fumo para que me duela los pulmones y no el corazón… por lo menos el primero mata más rápido.
A lo lejos una sombra se acerca directamente frente a el; pero este no tiene tiempo de levantar la vista y percatarse de eso, pues sus pensamientos lo absorben como sus pulmones al cigarro. A pasos uno de otro. A segundos. Ninguno sabe de la existencia del otro. Se acercan a paso firme y decidido. El avanza y la sombra no para. La neblina fue muda testigo del golpe que se dieron en la cabeza. Cayo su sombrero y ella se inclino para recogerlo.
- Discúlpame no te vi…- le dice pasándole el objeto caído
- No te preocupes… suelo ser un susurro – le responde el
- Pero los susurros pasan desapercibidos
- ¿Acaso te diste cuenta de mi presencia antes de que se estrellaran nuestras cabezas?
- No
- Entonces soy un susurro amigo de esta neblina
- Tu amiga no es mi amiga… hizo chocar a un par de susurros…
- Mi amiga me escucha cuando lloro y esta calle me recibe cuando estoy perdido
- ¿En que calle estamos?
- Calle Paris
- Véndeme un cigarro
- Toma… te lo regalo
- Gracias
- ¿Tienes fuego?
De su bolsillo saco un encendedor plateado. Prendió el fuego y lo puso frente a ella. Al prender el cigarro ella tosió.
- ¿No fumas?
- La verdad es que no lo hago desde que salí del colegio
- ¿Y porque hacerlo ahora?
- Porque ustedes los hombres no tienen sentido
- Pero si las mujeres son la estaca de nuestros corazones
- Parece que caminamos sobre el mismo terreno
- Obvio… ¿Cuál otro seria el motivo de que alguien caminase a las 4 de la mañana por estos lados?
- Asaltar
- Y ser asaltado…
- ¿Qué te hizo esa mujer?
- ¿Que le has hecho a un hombre?
- Amarlo
- Llorar
- Esas palabras siempre están juntas
- Si… es verdad… el amor llora también…
- El me dejo por otra
- Ella me dejo… creo que por otro… pero no me lo dijo
- Los hombres son directos e insensibles
- Las mujeres nunca dicen las cosas como son
- Es para no hacer daño
- Mira tú… fíjate que es el mismo motivo por el que los hombres suelen ser sinceros…
- Quizás tienes razón… pero deberían ser sutiles…
- El mono, aunque se vista de seda… siempre va a ser mono…
- ¿A que te refieres?
- A que la verdad va a ser siempre la misma diga como se diga…
- Si… pero si lo dicen sutilmente duele menos…
- Pero duele de todas formas
- HOMBRES¡¡¡
- MUJERES¡¡¡
- Y dime chico susurro ¿Por qué crees que ella no te dijo la verdad?
- Por que lo que me dijo no fue lógico ni tuvo consecuencia con lo que me había dicho 3 días antes…
- ¿Y eso que tiene que ver con otro hombre?
- ¿Qué tiene que ver? MUCHO TIENE QUE VER¡¡… tu eres mujer… deberías saber eso…
- No lo se
- Si lo sabes
- Quizás
- Te voy a decir porque tiene que ver con otro hombre: ¿Por qué no me dijo la verdad? ¿Tiene algo que ocultar? Además cerca de nuestra relación abundaba otro tipo como fantasma que me atormentaba… Y casualmente se encontró con el los días antes de quebrar mi corazón
- Mm.….
- ¿Eso es todo lo que tienes que decir?
- Por lo menos las mujeres acostumbramos a estar con un solo hombre a la vez
- OH¡¡ felicitaciones¡¡
- Y ustedes son los poligámicos
- Lo hacemos para comprobar nuestro amor
- Cínicos
- Malas
- Pero necesarios
- Indispensables
- …Para tener hijos
- …Para matar la soledad y el deseo sexual
Ambos se miraron y soltaron grotescas carcajadas. El se agarro su panza mientras reía y ella se tapo su nariz con su mano derecha, como queriendo que el hombre no viese sus dientes.
Poco a poco las risas cesaron y el silencio comenzó a gritar. Ella lo miro fijamente. El solo atino a mirar hacia el suelo. El silencio mas incomodo se hizo presente en el lugar. El silencio. Silencio.
- Ahora yo seguiré mi camino y tu seguirás el tuyo ¿verdad chico susurro?
- Así creo que es
Se miraron como esperando algo del otro.
- Bueno chica silenciosa… es hora de que yo siga fumando y tu sigas caminando
- Si… caminar
La miró por un instante y solo atinó a bajar la vista y seguir su camino. A cada paso, a cada segundo más lejos de ese instante, su mente ya no divagaba en lo que había pasado la tarde de ese día… ahora la neblina amiga le susurraba el recuerdo de una chica entristecida.
Y atrás se quedaba ella paralizada. No se movía. Como si esperara algo que nunca ocurriría. Ella no sabe que esa espera duraría un gran trozo de su vida…
Y así es como ocurren los paréntesis de nuestras vidas. En solo dos minutos se cambia la dirección y el sentido de los pasos. En solo segundos se deja de sentir el pasado…
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Texto agregado el 27-01-2005, y leído por 105
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