COMBUSTIÓN ESPONTÁNEA


Absorto entre la melodía
en que devienen tus palabras
puedo prever los matices del desastre.
Entre vuelos, quimeras y encantos
adelántome al futuro.
Una nube de afonía nos rodea.
Entumecido, suspiro los sonidos
que evocan tempestades.
Hoy respiramos aguas claras,
mañana, separados, fisurados,
maldeciremos la distancia…
Es ahora una obsesión
que perturba mi presente.
Los gemidos hacen eco,
reverberan en el tiempo
(como cientos de minutos
que incesantes se repiten,
uno tras de otro
en las horas de mi espera).
Sigues a mi lado, en mis entrañas.
Y aún cuando no te has ido,
volverás, lo sé.
Una y mil veces, y tantas habré
(resignado para siempre),
de esperarte encadenado
a mis recuerdos más sublimes.
El mundo es tuyo, tú lo has hecho.
Quieto espero.
Mi alma se enardece (por sorpresa).
Sin quererlo, me consumo entre las llamas…



©2005 David Escandón V.