-Yo te quiero vida mía.
*¡¿Cómo me vas a querer, si soy más grande y mayor que tú?!
-Eso no importa, además…
*¿Cómo no va a importar? ¡Tú eres un pequeño!
-No me digas eso que me haces sentir…como un pequeño.
*Pero eres mi pequeño.
-Yo no quiero ser tu pequeño, yo te amo, te quiero, sé lo que siento.
*Te vuelvo a preguntar, ¿cómo me puedes amar?, no me puedes ver, tocar, oír, besar.
-No necesito manos para tocar el aire ni ojos para seguir mi camino.
*No me vengas con esas cosas, sabes que no es lo mismo.
-Podría ser, pero al menos te conozco, ten en cuenta eso.
*¡No me conoces! Porque yo no me conozco y tú no te conoces
-Pero te a… pero te quiero.
*Mírate, no puedes pronunciar esa palabra.
-Porque el amor es de dos y al parecer tú no me amas.
*Yo te quiero, pero como amigo.
-Ah, ¡puedo tener oportunidad!
*¡No!
-No entiendo esa amistad.
*Esta amistad no es una amistad de sexos donde tú eres de un sexo y yo del opuesto, sino una amistad para escucharnos, donde nos demos consejos, lo que te aflige y la solución.
-Más o menos que entiendo, pero ¿cómo es que no conocía esa amistad?
*Por tu entorno en el que te sumerges, claro que disciernes algunas cosas pero las otras no quieres ver.
-¡Oh!
*¿Te estás burlando de mí?
-Cómo crees…, entonces sólo puedo ser tu amigo sin compromisos.
*Sí, además tú quieres a otra, que hay de Fio…
-¿Cómo sabes eso?
*Quizá porque soy más grande que tú y veo todo desde arriba, tiéntala porque no hay pierde.
-¿Me lo aseguras?
*Sí, tiéntala.
-Bueno… ya es tarde, otro día te busco.
Chau Luna.
*Chau pequeño Fer.
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