Hola Martín,
hoy no fui a trabajar, está nevando, la ropa se cubrio de nieve, en la mañana Zoa rascaba la nieve con sus patitas y luego con su gran hocico la lanzaba para arriba. Me hizo reir, creo que me gusta la nieve aunque tengo miedo de quedar atrapada para siempre en un copito y que Zoa me lance y luego me coma, pero no creo que eso ocurra, al menos hoy, igual si me desaparezco haz que la miren en la tripita, es tan ansiosa que seguro ni me mastica. Con esto de la nieve se me ocurrió algo, no se si es bueno o malo pero no pude resistirme, ya sabes que no suelo poder callar la boca y que luego a lo mejor o a lo peor me arrepiento, pero asi es, pues lo mismo ocurre con mis actos, quizá cuando despierte me arrepienta de meter la mantequilla en el frigo ya sabes las consecuencias, pero igual lo hago. Pues bien, hoy tenía que empezar a tirar cositas viejas,algunas han sido repuestas otrás nunca podrán reponerse pero igual las tiré, también metí en una bolsita todo lo que hace daño y lo mandé a la mierda, en la nieve tan blanquita te das cuenta que si las cosas o las personas te hacen daño es porque tu consientes, no hay mas, nadie te obliga a estar a su lado. A veces pienso que me gusta sufrir, pero no es verdad, no me gusta, otra cosa es revolcarme en el fango pero eso es otra historia que no tiene nada que ver. Si derramas un poquito de helado azul sobre la nieve es como si el cielo se hubiera caido ante tus pies. También compré pitufos de pasta para la cena, una buena alimentación me hará bien, pero de momento empiezo a sentir que ni cuando se derrita la nieve vendrá lo malo ya que lo enterré bien lejos, al principio duele, pero luego empiezas a respirar y a sentirte mucho mejor de manejar tu propia vida, ojalá que pase pronto el dolor y comience lo bueno. Ya sabes Martín, no quiero verme dentro de unos años llevando la vida que nunca quise llevar y mucho menos abrir los ojos y no reconocerme entre tanta nieve ennegrecida por la mala gestión de las emociones. Ahora si, me despido. Por hoy ya hice bastante esfuerzo. Te quiere para siempre
Mariela, la que te reconoce a su lado.
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