Y desperté esa mañana, un poco más feliz que de costumbre, alargué mi brazo y toqué sutilmente como sin quererlo su cuerpo desnudo en mi cama, luego mire hacia ella, y no pude dejar de sentirme orgulloso por la belleza realmente exagerada de la mujer que compartia conmigo mi lecho, era la primera vez que en mi cama estaba una mujer mas hermosa que el alcance de mis deseos, no pude evitar excitarme pensando en lo que habiamos hecho, en la furia que vi en sus ojos cuando me exigia vehemente que la hiciera mia, sus ojos encendidos de pasión, su cuerpo en espera y tan entregado... Ella es perfecta, por más que lo intente no encuentro en su cuerpo defecto alguno, además su conversación fue super agradable toda la noche mostrando asi que era perfecta ademas sin necesidad de su cuerpo, hasta que deseamos darle prioridad a otras cosas relegando esa charla. Me hizo volar lejos, creo que la amé en cada una de las partes de mi casa, en la escalera, en la cocina, en el baño en mi cama, y no podia faltar mi tapete, ella sabe como hacerme feliz y lo hizo miles de veces creo, aún me siento ebrio de sus brazos, ahora observo con morbo su cuerpo mientras duerme, y siento que este es el mejor de mis sueños y es justo cuando el encanto se acaba y suena el despertador. |