VERÓNICA Y UNA AVENIDA DESESPERADA (Pequeña historia de una noche de poemas)
Una avenida desesperada, medianoche, la brisa, el vació, vino tinto, rock and roll, gato naranja. Caminamos por la acera, llevábamos muchos días grises en la espalda, verónica era la mitad de una tarde, verónica era una bailarina de porcelana bailando en el filo de un cuchillo, tenia miedo de caer, pero se moría por besar el suelo y llenarse de sangre la noche, tenia miedo de escribir un poema en el viento, pero se le salían las letras por la piel, por cada gota de tinta, por cada gota de sudor, por cada gota de verónica, por cada gota un sueño. La frágil estela de luz q dejan los minutos en la piel, nos cubría de noviembre, nos cubría con la esperanza de un nuevo cielo, de un nuevo suelo, verónica brilla con las luces del amanecer en la ciudad, pensábamos en la posibilidad de q alguien a esa hora en cualquier parte del mundo escucharía una canción y absurdamente nos recordaría aun sin conocernos, pensamos absurdamente en lo absurdo, nos burlamos de la realidad, metidos en ella y creyéndonos fuera. Verónica, avenida desesperada, mucho frió, un bar, puerta abierta soledad, pelean borrachos, dientes afuera, sonrisa puesta, cigarro en boca. El vino en las venas saco a flote los amores q venían sumergidos peligrosamente y camino al corazón, verónica me hablo aquel tipo q tocaba la batería y se la llevaba en cada bit en cada plach en cada pum, me contó con los ojos de vela encendida q le hacia el amor en cada árbol, en cada sueño, en cada poema, me contó con los ojos de atardecer q lo quería ver entrando por la puerta y q sin decirle hola, la besara y sin decirle adiós, la besara de nuevo, un trago de vino tinto caliente para el frió, bar rayuela, la mesa 7, el baño sucio, olor de ambientador, rompecabezas del día, faltan piezas. Le conté q lejos, cerca de mi casa, la lluvia y el rock and roll, olían a vainilla, le conté q había escrito en el tronco de un árbol un cuento que nunca termine, le conté q me parecía q la noche estaba rota y q me olía a café, le conté q aun tenia miedo de la distancia y del olvido, q tenia miedo de la soledad hermosa, q yo la había visto una tarde en un parque y q había bailado con ella, q me había pisado, le conté de la mirada oscura q tenia la muerte cuando venia por leña para calentar sus inviernos de 12 meses, verónica me pidió un poema y me regalo las letras y la tinta de una noche de inspiración me dijo q yo tenia en la cabeza un nido de insectos q carcomían lentamente mi conciencia de madera, vino tinto, 8 copas, cerveza, una jarra, cigarros, media caja, verónica, sonrisa ¿cuánto le debo? Gracias. La avenida seguía fría, llena de borrachos, acaba de llegar la policía y la ambulancia. Caminamos hasta un parque y nos tiramos a ver las estrellas, verónica era una bailarina, bailando sobre un cuchillo, verónica se ha cortado muchas veces los sueños, verónica tiene una lagrima de sangre colgada de un ojo.
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