La inmensidad de la noche
cubre los cuerpos.
La luna, avergonzada, apenas asoma
su cara detrás de una nube.
Y los sueños amanecen y no hay reproches,
y, fugaz, el silencio se hace eterno.
Una canción deja sus notas
y siento que te tuve.
Y gracias a los acordes
me alejo de mi sueño.
Y casi una hora
me destruye;
maldito tiempo
que pasa...
Y yo sin saber que hacer,
huyo por ahi.
Con miedo
y rabia,
salgo a desaparecer
y busco, busco el fin.
Ya pasó la noche,
los cuerpos desnudos,
la luna se desinfla,
y las nubes dan paso al sol.
Mis sueños los contengo,
y el silencio calla.
Empiezo a aparecer,
y me descubro ante ti.