Vienen por mí, puedo sentirlos, en medio de la noche, buscan con sus linternas como crueles analogías de medievales antorchas."Quemenlo, Quemenlo" dicen seguramente en este momento. Los espero en la tranquilidad de mi refugio, ya no vale la pena correr, no vale la pena esconderse, el daño ya está hecho y no sabrán perdonarme, no merezco que lo hagan aún no me arrepiento de lo que hice... ...Su sangre fluyó por mi garganta, sentí correr un orgasmo de mi boca a mi ingle, luego corrí, sabía que era un crimen y no me importó, corrí, ¿quién puede resistirse a incar los dientes en la carne solo para sentir la sangre fluir?...Yo no... Los de mi estirpe siempre lo han hecho, aprovecharse del resto, incar el diente, como sea, no daña a nadie...creo... Pero a mi me atraparon, después de incontables noches lo hicieron. Golpean mi puerta, la dejé entreabierta a propósito, ahora entran mientras pienso: "la proxima vez que quiera comer una carne a medio punto deberé pagar por ella" |