Melancolía, sitios frios que recorrer, sonidos que conocer y sabor rojo en mis labios, pertenecientes a una vida sin final, toda la noche la pasé besando su redonda y fina boca, contaminándome de su lujuria, envenándome de su locura. Las paredes se deformaban a su paso por mis venas y aun así, las imaginé grandes, fuertes, con buenos cimientos ya se sabe, todo permanece igual...
Otro trago de Alicia, de la teñida de pelirroja, otra dosis de su vida que alarga la mia, matádola con recuerdos de un mundo roto, arrastrándome por las aceras de la noche una vez mas, convirtiendo cada calada en un suspiro roto, no es por menospreciarme, es por darme un poco de su vida, por acercarla una vez mas a la mia.
Y al final, de nuevo, alli yace, ya no es Alicia, está vacía, olvidada en la barra de ese mismo bar donde cada noche me hace soñar que sueño y que regenero mis pensamientos en otra melancolía.
Y al final espera Alicia que vuelva otro día, pero esa no es mi Alicia, no es eterna, no es morena. |