A pasos largos por la calle deseando ser el Flautista de Hamelin entre tanto roedor desorientado escurrièndose entre nuestros pies, asaltados por su velocidad y asombrados,observamos boquiabiertos la maravillosa desapariciòn que consumaron en los tres segundos que durò el encuentro.
Segundo 1: apariciòn
Segundo 2: corrida en todas direcciones
Segundo 3: desapariciòn en guaridas invisibles.
Perplejos, detenidos en el tiempo, exalamos el aire que contuvimos durante los tres segundos en que traspasamos el umbral... sumergièndonos en el otro mundo.
Sòlo terminar de cruzar la vereda destrozada, para salir, y contemplar la enorme ,amarilla y bella luna de encantamientos que nos trajo a la cotidiana realidad de seres de la luz.