Cuando se preguntó donde estaba, ya era muy tarde, las paredes tenían otro color, la alfombra otra textura y la luz, esa luz que siempre la había acogido, ahora la despreciaba y destellaba de una manera que no dejaba siquiera pensar
Estaba en otra parte, se encontraba enajenada a su realidad en la que se sentía segura y protegida. ¿Pero donde estaba?
Era un cuarto desagradable, pequeño, oscuro y simple. Al fondo una pantalla esperaba ser útil, al frente un sillón gastado con un tapiz de flores y a su derecha una puerta desteñida y mohosa que daba cuenta del paso del tiempo.
Mientras ella seguía preguntándose el por qué de su condición, apareció detrás del sillón una boca y unos ojos, que eran de ella también. La boca dio su mayor carcajada de burla y se le acercó estrepitosamente, trató de disimular su risa, pero fue imposible, ella ya había notado su presencia desagradable en esta habitación que también lo era. Por otra parte los ojos la miraban amablemente, felices y cálidos.
Y de repente me di cuenta, era mi inconsciente, que me había encerrado en un cuarto oscuro, para que viera en lo que me había convertido. Ahora comenzaba una película, la pantalla se prendió y partió una película sobre todos los recuerdos y momentos en los que no fui real, o por lo menos no lo intente según mi inconsciente, pero que insolencia, si a mi parecer siempre he actuado de manera real.
Se sentó en el sillón, la boca paró de reír y empezó a morderse y los ojos comenzaron a lagrimear.
Ella, ahí sentada, no sabía por qué el humor de todos había cambiado tan drásticamente y luego se dio cuenta del por qué.
¡Paren, por favor deténganse! No quiero seguir viendo esto, porque si de verdad esto continúa voy a tener que hacer algo, no sé, cualquier cosa. Por favor, puedo comprender que no siempre he sido completamente real, y que de cierta manera no he actuado como yo he querido, pero vamos, es una sociedad y uno debe seguir ciertos parámetros, ¡no puedo vivir a mi antojo o andar desnuda por la calle! No todo es mi culpa, por qué me enjuician, por qué justamente ahora cuando mi vida está acabando y ya no hay vuelta atrás.
Nadie respondió. La película seguía mostrándose y las imágenes seguían penetrando su mente. Ella ya tenía un tono verdoso en su rostro, la boca de tanto morderse sangraba, los ojos se tornaron rojizos y cristalinos, como si ya no pudieran soportar mas visiones. Agotados de la verdad.
Aquellos que comenzaron tan risueñamente se encontraban abrumados y retorcidos por la verdad que el inconsciente les estaba mostrando, pues esto había pasado con todas las acciones y pensamientos no revelados que estos no habían expresado.
Ya no había vuelta atrás, ella ya estaba vieja.
¡Vamos! Yo soy la que debería tener el control! Tú eres una parte de mí, por qué no puedo detener este martirio!!!
Y en ese minuto se dio cuenta de la situación; no era que ella no tuviera el control, sino que no podía dejar de ver la filmación porque necesitaba ver su verdad de una vez por todas.
La película continuaba, al igual que sus lágrimas y su dolor. No sabía como explicarse el hecho de que la vida pasara por sus ojos y se preguntó:
¿Es que acaso estoy muerta? Me has hecho ver mi vida entera y no puedes decirme algo que yo deseo. Bien, no importa, si no quiero no debo ver esto, cerraré mis ojos hasta que esta pesadilla termine.
Pero no terminaba. Al cerrar sus ojos se dio cuenta de que no era con los ojos que estaba viendo esas imágenes, era su mente, ahora todo era mucho más claro. El pánico se apoderó de ella hasta que los abrió.
Esto no puede ser, tengo que ser lógica, lo que está pasando aquí es una ilusión y hay que tranquilizarse y ver el objetivo de toda esta maldita situación.
Pero por mucho que lo intentaba, no lo consiguió. Y se dejó llevar, esa era la única opción que vio razonable.
Muy bien, ésta es mi vida, ¡una gran ironía! claro está, porque de qué otra manera me explico éste sentimiento de asco y repulsión que siento al ver todas las cosas que he hecho?
Las imágenes comenzaron a clasificarse por temas y en ése instante sintió que lo que estaba a punto de comenzar no iba a ser de su agrado, era su vida amorosa que siempre le causó mucho dolor, y que le volvería a causar otros más.
Entre las miles de imágenes se encontraba su madre, su padre, sus hermanos. Se mostraron todas aquellas veces en que reían y lloraban juntos, como una familia que se quiere y respeta. Pero también vio aquellas situaciones en donde el amor se transformó en odio. Una de estas tantas imágenes marcó un hito y la filmación se detuvo. La escena en donde ella le deseó la muerte a su hermana.
Ella miraba la imagen desconsoladamente, había pasado de la alegría de los momentos felices a la impotencia que le causaba ver las situaciones en las cuales no había hecho nada por no herir a los seres que más quería.
¿ Cómo pude haber dicho algo semejante? La verdad es que no lo comprendo, qué es lo que ella me hizo para haberle deseado tanto mal, y de verdad sentirlo! Por qué no le dije en vez de eso, cuánto la quería, cuántos momentos he disfrutado a su lado, ¡Por qué me he encerrado en la oscuridad!.
La proyección se detuvo.
Pensó que era el final, que ya no continuaría su martirio, pero ahí se vio, frente a frente a esa boca, y a esos ojos.
Sabía que eran parte importante de su vida, que la habían ayudado a expresarse ante los demás en todos los momentos y los miró con dulzura. Pero en ése instante la boca comenzó a abrirse cada vez más y más, como si quisiera gritar, pero no podía, el silencio era lo único invariable en esa habitación y la boca seguía abriéndose hasta que comenzó a romperse, a sangrar, a sufrir.
¡Por favor detente! Te estas haciendo daño, me estas haciendo daño.¿Acaso no vez que eres mía? Te lo suplico detén esta locura.
La boca comenzó a temblar y a cerrarse poco a poco, ya no era la misma, estaba deformada, diferente.
¿Por qué te has hecho eso? No te he utilizado mal, eres una gran parte de mí, eres la forma por la cual yo me expreso cada día de mi vida, contigo llevo alegría a los demás, ¿es que acaso no lo comprendes?, tu función, mi función es llevarle sonrisas al mundo entero.
En ese instante la boca comenzó a sangrar por las heridas que ella misma se había propiciado hace unos cuantos minutos y la deformidad comenzaba a notarse paulatinamente, el gesto cambio hacia abajo, estaba triste.
Explícame por qué estás triste. Si eres maravillosa, ¿o es que acaso no lo vez? Eres lo más importante que tengo y no quiero verte así.
Y comprendió, la imagen, las risas, las penas, para la boca no habían cambiado de estado, todo debía ser alegre, reír todo el tiempo, estaba cansada, quería ser real, quería expresar de una vez por todas un verdadero sentimiento aunque el único que de verdad sintiera fuera la tristeza.
Y antes de que ella pudiera hacer algo al respecto los ojos, esos grandes y expresivos ojos comenzaron a llorar, a ponerse cada vez más cristalinos hasta que en un momento se transformaron en insensible vidrio.
Esto no puede ser, primero odio la película y ahora lo único que deseo es verla para explicarme todo lo que está pasando, es decir, entiendo que esto es una especie de alegato en mi contra por ser tan poco demostrativa y por querer ser optimista. Pero ¿debo ser enjuiciada por ello, acaso es algo malo? Solo quiero ver el lado positivo porque así es mejor, no hay que vivir en el pasado, y tampoco quedarse solo con las penas. Ese es mi lema y lo seguiré hasta el final.
Los ojos volvieron a tener expresión, pero no era de alegría ni mucho menos de aceptación al discurso de su dueña, sino de reprobación.
Ella seguía sin comprender y en ese momento las luces se apagaron y la película comenzó nuevamente, pero ya no eran las imágenes de la familias las que se reproducían en la pantalla, eran de los verdaderos amores imposibles con los que siempre ella había soñado.
Mis sueños siempre me revelaron lo que yo quería. Sí, yo nunca les puse atención, aunque me mostraban la verdadera realidad, o por lo menos la realidad que yo quería.
Mis sueños me expresaban mis más profundos deseos que, al despertar simplemente quedaban como eso y continuaba con mi vida, mi farsa.
Porque en vez de olvidar ese sueño en donde veía al hombre que me gustaba y le tomaba la mano dulcemente para luego abrasarlo tan fuertemente que podría incluso recordar como era la forma de su espalda; cuando me lo encontraba en persona a lo único que atinaba a hacer era a mirarlo absorta y a entregarle una pequeña sonrisa tímida.
¿Por qué nunca me atreví?
Incluso soñaba despierta, imaginaba lugares, situaciones, personas, acciones, todo ideal y a la palma de mi mano. Simplemente perfecto.
Y era feliz, o creía serlo con estos sueños. Pero en la realidad, aunque nos encontráramos en la misma situación nada era igual y mucho menos perfecto.
Y lloró, vio como su vida era un gran y profundo sueño del cual ella nunca participó, era una espectadora de los acontecimientos que sucedían en su propia vida. Pero simplemente soñaba y esperaba que todo resultara como ella quisiese y cuando esto no ocurría, no importaba, pues se conformaba.
La boca ya estaba completamente deforme, había descubierto su propia verdad mientras que los ojos inexpresivos ya no estaban siquiera vidriosos, pues habían pasado a ser objetos inertes y sin sentido. Y la pieza, aquella que parecía tan desagradable ahora se había convertido en lo más hermoso de todo este cuadro, ya que el ánimo de los que en ella se encontraban era mucho más patético que el de ella misma.
La película se había detenido tiempo atrás, cuando ella comenzó a hablar sobre sus sueños, pero nadie se dio cuenta de ello hasta que el silencio perturbador del momento lo hizo notar.
Y que esperas que haga, dímelo tú, ¿hacer lo mismo que aparece en mis sueños? Imposible y absurda idea, ¿no lo crees así? Estaría traspasando la libertad de los otros y además, obviamente que me daría miedo intentar todo lo que me imagino ya que por supuesto que en este intento me llevaría grandes decepciones y a lo que más le temo es a la decepción, estoy anciana para recibirlas.
Tenía miedo, sus ojos habían tomado una expresión de rigidez. Por fin comprendió. Y esas figuras que la acompañaron todo ese tiempo comenzaron a desvanecerse hasta finalmente desaparecer. Estaba sola en ese cuarto que le era ajeno, pero que de una u otra manera, le pertenecía.
Nuevamente comenzó la proyección de su vida pero ya no le molestaba, es más lo esperaba con ansias para saber en qué había errado según su inconsciente. Las imágenes eran cada vez más sórdidas, ella simplemente miraba asombrada y entre estas imágenes apareció una que le llamó la atención y la dejó perpleja.
Detente, por favor hazlo, necesito detenerme en ésta, debo pensar que he hecho debo hacerlo, es urgente, te lo ruego.
La imagen se congeló, ella se levantó de su asiento, se acercó a la pantalla y calló de rodillas al suelo, desconsolada.
No lo puedo creer la única vez que pude haber convertido mi sueño en realidad, lo arruine ¡cómo puedo dejar que mi vida pase frente a mis ojos y no hacer nada!
¿ quién soy? Es que acaso no me importo, vivo en esta gran burbuja que me limita y me cierra las posibilidades. Tengo que hacer algo, pero ¿qué? Si ya es muy tarde y tengo tanto miedo.
La imagen que había detenido era la de su decisión de carrera, sus padres le habían aconsejado a elegir derecho como la carrera que debía seguir, ya que era la más rentable, aunque ella en el fondo de su corazón deseaba entrar a estudiar astronomía. Y por hacer felices a sus padres ella pasó a llevar sus sueños, su destino, y su vida.
Y pensó:
¡Pero qué he hecho mal todo este tiempo, de verdad no sé cómo explicármelo! He intentado de todas las maneras posibles, encontrarme a mí misma y de paso que los demás me encuentren. No he querido ser alguien más, aunque lo que pensado repetidas veces, pero nunca lo he deseado de veras. Porque a decir verdad me gusto, estoy acostumbrada a cómo soy. Y aunque veo que nunca he sido completamente real, tampoco he mentido todo el tiempo o ¿acaso crees que lo que digo es mentira, que realmente todo lo que he hecho a sido para satisfacer a los demás?, cómo podrías tú, saber si eso es cierto, si ni siquiera tienes pruebas de ello.
En ese momento la película se apagó, la habitación se encontraba en silencio y la sensación que ella sintió no pudo haber sido otra que la del pánico que se le reflejaba en sus ojos. Y entendió. Estaba sola ya nadie le explicaría o mostraría su vida para que se diera cuenta de cómo había actuado todo ese tiempo, debía hacerlo por su cuenta, y en definitiva madurar.
Al despertar de ese tormentoso sueño ella sintió cómo las lágrimas recorrían sus mejillas y por fin entendió que lo que había pasado no era un sueño, era la verdadera realidad. Su esencia había pasado ante sus ojos y sentidos y ella se negó a reconocerlo. Ahora debía afrontarlo.
Fin
|