¡Cuántos Pablos más me harán falta!
Es que no escarmiento, es que no me resultó suficiente tanto dolor... ¿es que no sé lo que quiero y tengo que hacer con mi vida lo que no tiene sentido alguno?
¡Cuántos Pablos más necesitaré! seré siempre una mujer cautiva de los enigmas, de las intrigas ciudadanas que se esconden tras de hombres que se encubren bajo el halo del superabundante quehacer...
Dinero o banalidad, demencias escondidas tras el disfraz de un ser ocupado, que en realidad no se interesa por mi vida y por mis intereses.
Aparecen muchos Pablos por mi vida, se reproducen como si yo no pudiera tratar con otro tipo de personas, derretirlos parece imposible, demostrarles lo que siento es inutil, no se conmoverán... porque así lo han dispuesto, es su decisión férrea, no se moverán.
Son rocas innamovibles, Pablos señoriales señores que narran su historia con motivaciones espúreas, sencibilizando mi corazón para que los contemple y no haga ni diga nada, aburrimiento recubriendo sus pensamientos. Aburrirme es todo lo que saben hacer sin embargo yo sigo su ruta, me los encuentro por donde vaya, andan vagando buscando una fem como yo... dispuesta a soportarles las mañas, a quererlos a cambio de nada.
Les debo la inspiración, multitudes de frases que me brotan, pero no les debo ni un solo momento placentero real, todas las fantasías que me alimentan, están dañando mi ser, agotando mi autoestima, donde quedaron los días en que yo era quien decidía a quien tenerle paciencia.
Convicentes, dialécticamente viables, sin embargo me enferman el presente con sus vueltas inagotables, vienen y van pero nunca se quedan, me marean, son como olas que no se detienen en ningún lugar...
Estos Pablos viven haciéndose la misma pregunta: ¿Valdrá la pena, salir de esta comodidad mía por una mujer?, se quitan las oportunidades con su accionar, buscadores de sí mismos, egoístas, cínicos, denostadores de la fantasía ajena, de donde provienen no hay señales del sentimiento, surgen del ácido y la hiel de la desconfianza.
Ponen límites al deseo, para que sea solamente lo que buscan lo que se les presente, se olvidan que hay personas con libre albedrío en el mundo y que no se podrán acomodar a todos sus caprichos.
No recuerdan fechas ni aniversarios, no son cariñosos, no son atentos, no son adorables pero no se importan de ello, solo existen como parte de un misterio que ellos mismos crean, como brujos encantadores del destino de una mujer desprevenida como yo.
¡Cuántos Pablos más me harán falta! no lo sé, pero sí tengo presente, que mi paciencia se terminó; lo que les daba cabida, acaba de fallecer, algo de mí ya no les puede creer ni una falacia más.
Los tendré en mi mente bien catalogados... para que cuando se presenten pueda desalojarlos de mi senda con la celeridad del caso.
A las desprevenidas, ilusas como yo, les queda algo, que no es menos que dignidad, valor para decidir lo que más le conviene por eso... Pablos huyan para que no los atrape la ira furibunda de una mujer que los amó indebida e innecesariamente y está totalmente arrepentida de haberlo hecho...
|