Escribir un nombre en letras de coral
y lanzar al mar las palabras
para que los acantilados las escupan
en brisas de espuma y sirenas,
ensortijar las sílabas de oro en papel
y dejar que broten los sueños de metal
atrapados en mechones de cabello
trazando estelas doradas en el horizonte,
reunir la filiación en mi pecho
y marcar con saliva la fecha de nacimiento
agradeciendo la temprana hora que dio a luz,
la hora que vieron los ojos los cielos,
blandir la espada contra el volcán
dejar que sus lavas me solidifiquen
que me moldeen en roque y lava
para que los amaneceres de tus ojos me divisen.