Fragmentos de Sócrates.
Silencio de Dios.
Cuatro perros muertos.
Eso fue tu adiós.
Las ratas ya volaban
con mis dedos en sus intestinos.
Alegres algunas masticaban
mis deliciosos anillos.
Los fantasmas me escupirían
mientras trataría de matar lo inerte.
Tu vomitarías al sentir tu propia ira
no habría nada mejor ni peor que la muerte.
Pero
cuando nos dejemos llevar por el viento
masturbándonos en todo momento
nos encontraremos en el laberinto del tiempo
y yo aún sin saber lo que siento.
Texto agregado el 17-01-2005, y leído por 161
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Lectores Opinan
19-01-2005
muy bueno. me gustó mucho. me atrápó......... saludos angelcaido
17-01-2005
un poema redondo... me gustó de principio a fin... tiene ese ingrediente ácido que deleita.... zergio