(A los hombres emigrantes,
de la última Pampa Chilena 1950_)


Jóse Alejandro...
Tenia una pequeña casa
en la superficie menos alta de su pueblo,
allí pasaban pocas cosas,
Tan solo
la sequedad
Era una, realidad plausible, que le tocaba....
Acompañarle con sus tristes ojos...

Al no ser el ruido
O el estruendo de un camión con piedras,
Que de ves en cuando salia, para hacer un trasporte.....
Fue lo que rompía con el silencio.

Su casa en el mas estrecho corredor de su aldea,
tenia solo dos colores uno el barro
y el otro la
la cal_ hermana del salitre.
De su tierra,

la sequedad mirando fumaba el último cigarrillo
la falta de trabajo
los años difíciles de Jóse......

Quedo solitario en el tiempo, porque el pueblo se fue desvaneciendo , desde sus habitantes,
su mujer lo miraba como espectro del miedo...!!
quiso tomar el ultimo camión para irse de una vez
de su pueblo.


En una tarde se acostó levemente sobre la arena que en la única calle , hacia de vereda.....
miraba el cielo detenidamente, sin ansiedades:


desde su horizontales el pasado se detenía aun más delante de sus ojos....


tomo el sol
como guía, su sigilo, sus curso hasta el horizonte detrás de el, un desierto;
y se postro en su suelo
meditando decía......
he
nacido aquí,

¿porque
soy el muerto,?
de toda ilusión para vivir?

Mueren mis manos, mi casa, y el seco huerto, "como tambien la carta de la primera mujer enamorada"
las manos con el sol
tumbadas en el suelo...

hacen sombras ......


paso el ultimo camión
Jóse continuo
allí quieto,
En
el polvo del desierto
no cambio su sueño......
de morir en su casa,
lejos...!!!
la tierra nos llama.......


El hombre cree
mismo así,
con sus ultimos y agotados.

Días.....


Desde la pequeña_casa_Madera_Taller