Esta viajando en el ultimo colectivo de la noche, como cada jueves, que es el día en que hace sus entrenamientos de fútbol juvenil. A pesar de que el viaje es de casi 40 minutos, vale la pena, ya que es un buen equipo. De todas maneras, 40 minuto no es mucho tiempo para German; ya que con su fértil imaginación se entretiene: primero, cuando el colectivo se queda sin frenos y todos se desesperan, él soluciona es problema con la ayuda de un resorte de lapicera y su cortaplumas al estilo Mc Giver un segundo antes que caigan por un precipicio. Poco después detiene a un grupo terrorista que se apodera del colectivo haciendo uso de los 10 años de entrenamiento shao-lin que recibió en oriente y poco después ayuda a un hombre con un infarto, haciéndole una operación a corazón abierto utilizando su infaltable cortaplumas y un espejo retrovisor del colectivo...
De pronto, se aleja de sus pensamientos al notar movimientos extraños en una esquina. Acerca su rostro al vidrio del colectivo, para intentar ver mejor entre las sombras de la noche. Entonces le pareció ver a un hombre sujetando a una mujer por el cuello y forcejeando. Asustado, miro en derredor para ver si alguien mas en el colectivo había visto lo que él, pero no. Volvió a mirar pero la esquina ya estaba mas lejos y no vio nada...

“No puede ser” - se dijo – “mi imaginación me esta jugando una mala pasada” “¿ cómo podría ver algo así solo con la luz de una luna llena?”
“¿Y si fuera cierto?” No podía quedarse sin hacer nada. Salto de su asiento, bajo del colectivo y se echo a correr las cuatro cuadras que habían pasado. Gracias a su estado físico, en pocos segundos ya había llegado a media cuadra de la esquina “fatídica” y dejo de correr... una sonrisa se dibujo en sus labios “cuando aprenderé” dijo mientras seguía caminando hacia la esquina como quien quiere terminar una tarea asignada. “Por culpa de mi imaginación ahora tendré que caminar hasta mi casa... solo por dejarme confundir con alguna sombra en...”
Su rostro palideció al ver a una mujer de rodillas en el piso sosteniendo con ambas manos su garganta, como intentando evitar que la sangre brotara por la profunda herida de cuchillo.
Sin saber que hacer, comenzó a caminar hacia atrás hasta que se topo con alguien que le dijo: “no voltees”, consejo que obviamente desoyo. Entonces este inmenso hombre lo sujeto por el cuello y le dijo mientras sacaba un cuchillo ensangrentado: “te dije que no voltearas... ahora es demasiado tarde”. En ese momento German se despertó porque el colectivero le estaba avisando que había llegado al final del recorrido.

A la mañana siguiente se leyó en los periódicos más importantes: “ el asesino serial se cobró dos nuevas victimas. La policía sigue sin sospechosos”. Y a los pocos días se leyó: “La policía finalmente captura al asesino serial gracias a la ayuda de un joven con poderes extrasensoriales”.