Hola. Les invito a leer mis textos. Es importante conocer su opinión. Escribo porque me sale más fácil que decirlo, soy un timidote al cual atemorizan las miradas profundas y esas expresiones inescrutables que se dibujan a menudo en algunos rostros y que hacen que mis palabras se alboroten, mi discurso se disgregue y cuando acudo presuroso a ese diccionario que atesoro en mi cabeza y que es muy reducido por lo demás, él, el muy miserable, me oculta a propósito los verbos, me pone a disposición una infinidad de puntos suspensivos que yo transformo en interminables silencios, luego me arremolina las consonantes, me envía ráfagas de signos que proceso como tartamudeos y cuando mi interlocutor ya se ha marchado, el muy infame abre sus puertas de par en par para que yo trajine a mi amaño en la búsqueda de esas palabras que tanto necesité un rato antes.
Entonces me nace la duda. ¿Será preciso que cuando dialogue con terceras personas, me provea de una pizarra, de un plumón y mantenga el hilo de la conversación, de espaldas a ellos y escribiendo de este modo sin mayores perturbaciones? ¿O acaso será una buena solución cubrir sus rostros con una capucha, conversar con ellos en una pieza completamente a oscuras o tal vez acudir a los confesionarios, allí donde la semipenumbra invita a que las faltas se deslicen desde la lengua de los pecadores como si esta fuese un pulido tobogán?
Por eso les pido que me lean, no me hagan el quite, sólo deseo expresarme con la ligereza de mis dedos, sin mover un músculo de mi boca, adivinar el efecto que causan en ustedes mis palabras, abstrayéndome de esas miradas penetrantes que me incomodan porque parecieran querer descerrajarme el alma para adivinar algún malsano propósito.
Léanme sin cuidado, no intento engañar a nadie, los mundos de fantasía que recreo son reales en mi imaginación, me arropan, me acompañan, están conmigo sobrevolando en mi cotidianidad y aposentados con paso firme en mis sueños. Léanme, léanme por favor, es la última oportunidad que me queda para demostrarle al mundo que dentro de mí habita un ser humano…
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