NUestras vidas. Especialmente la amorosa, es generalmente como el paso de las estaciones.
Generalmente empieza con la primavera, frescura, pequeños roces, aromas agradables, todo se ve en tonos pasteles y cada amanecer es la aventura de un nuevo dia.
Despues se pasa al verano, cuando todas las ilusiones pasan a planos mas fisicos y por ende tambien a mas temperaturas, la union pasa por una transicion en donde las demostraciones de calor son mas personales, se vive al maximo, cada sensacion es complementado por el deseo de vivir al maximo cada dia, difrutando en donde se este.
Pero hay veces, en que se pasa al otoño, donde todo se enfria empiezan a decaer los animos, los dias se acortan y las brisas frias dominan.
Finalmente llega el invierno, todo cae muerto o al menos lo parece. Ya que todo se detiene, las noches son largas, la luz del sol se vuelve un extraño. Lo unico que dan ganas es de buscar proteccion del clima extremo.
Y es aqui donde me encuentro, golpeando constantemente mi afligido generador de sueños y esperanzas, eso es el invierno del corazon. Inclemente, deseando solo desvanecerme en la neblina espesa y la noche fria. Posarme en la nieve de la indiferencia y que esta llene todos los poros de mi cuerpo, causando el sueño eterno liberador.
Asi que simplemente me quedo en la esquina de mi cabaña, contemplando durante horas la hoguera que ya ni calienta, al menos ya no lo siento asi, sin alguien con quien compartir, solo espero que el fuego se apague y la noche eterna, me atrape.