Hoy sólo poseo mi silencio para entregarte...
Silencio de caricias desnudas,
de ternura huérfana sin tí,
de besos extinguidos en suspiros,
de abrazos abandonados por tu piel...
Hoy brilla tu recuerdo en mi mirada,
la pena se alborota en mi vagar,
las olas embravecidas de mi tormenta
rompen contra mis arrecifes de soledad,
corales hechos con las perlas de tu recuerdo...
Hoy la voz de mi alma
no se levanta hasta el cielo,
miles de estrellas, con opaca luz,
centellean en mi horizonte de plomo,
de voces mudas que tararean tu nombre...
Hoy el tic tac de un reloj,
impregnado de lamentos,
martillea los oídos de mi desolación,
delimita mi sentir a la agonía
de la impotencia frustrada de tenerte...
Hoy no amanece mi oscuridad,
mi luz yace enterrada
entre escombros de ausencia,
arrogancia de un suspiro que creyó
poseer la eternidad de tu ser...
Cementerio de sombras que acechan
el rincón sagrado en el que existes
violando todas las leyes físicas,
mientras siento tu cálida respiración
erizando cada centímetro de mi piel...
Ausencia de palabras, de formas...
Silencio atroz desfalleciendo sueños...
Magia enclaustrada en un dolor vivo...,
corroyéndome el alma
me inunda levemente tu ausencia...
Ausencia de un todo que no me pertenece...
Ausencia del sentir ese dolor absoluto
de dejar marchar, de nuevo, mi alma,
persiguiendo tus huellas lejanas
camino de su propio existir...
Ausencia que inunda ese océano
que nado buscando mi propia huella...
(13/01/05) |