Hoy me obligaste a derramar un millón de lágrimas. Hoy estrujaste mis pupilas con tus palabras envenenadas, hasta sangrar tu boca. Hoy agujeraste mi estómago, de tanta angustia que provocaste en mi. Hoy te temo nuevamente... Nuevamente debilitaste mi corazón que Hoy ya es papel, y luego encontrarás convertido en cenizas rojas.
Texto agregado el 14-01-2005, y leído por 170 visitantes. (6 votos)