En el hogar de los valientes (pop.)

Libertad.
Gran palabra.
Se le llena a uno la boca con la libertad, una cosa.
Todos los hombres deberían ser libres, por supuesto.
Y está claro que, dos puntos

Libertad son unas NikeÆ para correr más rápido (porque eres más rápido de lo que crees).
Libertad es un teléfono móvil. Móvil es VodafoneÆ.
Libertad es emborracharte cada sábado con los amigos, cada maldito fin de semana.
Es irte el domingo al campo.
Disponer de tu tiempo para disfrutar de tu Calefacción Gas ciudadÆ y Un Buen Tazón de Cola CaoÆ.
Ser un ARTISTA y que otros decidan por ti lo que vale y lo que no.
Camisetas del Ché, chapas del Ché, mochilas del Ché,
si lo prefiere lo tenemos en edición de bolsillo.
Escuchar el último mejor disco del año según los estudios de mercado,
Y mañana escuchar el siguiente Y obligarte a que te gusten.
Y vuelta a empezar.
Ver películas rusas En-Versión-Original.
Hacer la colada.
Un porro de vez en cuando, una raya de vez en cuando,
porque si te aburres algo tienes que hacer ¿no?
Ir siempre con un cigarrito en la boca, porque sí, porque Camus lo hacía.
Hacerte rastas.
Perforarte el cuerpo.
Recuperar a los clásicos de los 60,
eh tío, no se ha vuelto a hacer música así.
Ser vegetariano.
Hacer yoga.
Las revistas de tendencias.
El Feng-Shui.
El Sushi.
Manuales de autoayuda.
Las lentejas de tu abuela.
Las grandes preguntas.
Vivir en este soleado bienestar,
Donde todo el mundo puede ser lo que quiera ser,
Y todo lo que esté dispuesto a aparentar.

Libertad.
Gran palabra.
Ahora mismo la tengo atravesada entre los dientes.