Ayer tuve miedo
Ayer, caminando por calles conocidas,
Tuve miedo.
Ayer, en una noche como cualquier otra,
Tuve miedo.
Aún no sé por qué,
Pero de pronto todas las esquinas me acechaban,
Y ese asfalto tantas veces recorrido
Fue un espejo quebrado de miserias.
Y entonces tuve miedo de no reconocerme,
De ser otro en mi piel indecisa,
De no tener casa, ni hogar,
De ser un paria,
Así, de pronto, casi sin quererlo.
Y anduve desconcertado,
Y deseé marchar a otro lugar.
No imagino a donde,
A cualquier otro lugar.
Las calles vacías y amarillas,
Apenas unos coches sordos
En la rutina nocturna de los arrabales.
Y tuve miedo,
Y lo apagué en alcohol.
Otra vez.
A la mañana siguiente
No recordaba y me daba igual.
A la mañana siguiente
El sol me arrancó con dulzura
La piel muerta de dos mil atardeceres.
Y me sentí bien.
Pero creo que te imaginé mientras llorabas,
Y de nuevo me volví vinagre,
Y entonces tuve miedo de no reconocerte.
Hoy tuve miedo,
Y aún no sé por qué
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