Estoy literalmente metido entre los pitones. Los tobillos enterrados en la arena. La muleta en la izquierda. Bulimia de enganchones. Harto de vomitonas. Se acabó, hoy va a ser el día. La música atronando. There´s something in the air in Hollywood. The sun is shining like you knew it would… No hay discoteca sin bola de espejos, igual que no hay pueblo sin plaza de toros. Escucho a la diosa para darme ánimos. Otro pasito más. Le echo la muleta a los morros.
Bien presentado, cárdeno, degollado de papada, corniveleto. ¿Cómo te llamas? David. Y mira para otro lado, un poco abanto. ¿Quieres tomar algo, David? Se vuelve, engallado. White Label con piña. Antes muerta que sencilla. Dos White Label con piña. Parece que ahora se arranca con buen tranco. El camarero es un guaperas con camiseta de rejilla. Santacoloma puro. ¿Y tú cómo te llamas? Otto. ¿Y vienes mucho por aquí, Otto? Sí, pero partir de ahora más. Sonrisilla Profidén. Está muy placeado pero descuelga con clase. You´re riding in your car in Hollywood… Astifino de cojones, eso sí. El trapío está en los ojos, me digo a mí mismo, el trapío está en los ojos. No le mires a los ojos, hostias. El camarero nos pone los White Label con piña. Le doy un sorbo al mío. Si le miras a los ojos la has cagado. ¿Y qué te cuentas, Otto? Pero no puedo evitarlo. Me tiene cogido por los huevos. A merced del toro. Me veo empitonado de mala manera de un momento a otro. No digas nada, no digas nada. Excusatio non petita accusatio manifesta, o como coño se diga. You got the top down and it feels so good. Everybody comes to Hollywood…La muleta plana, dando el medio pecho. Qué coño, el medio pecho, totalmente de frente, embraguetándome. No me gusta el White Label con piña. No estoy cómodo en estos terrenos. ¿Te apetece tomar algo en otro lado, David? Hace el avión arrastrando el morro por la arena. Claro. Tampoco es tan encastado, después de todo. Salimos. No hace demasiado frío en la calle. Una noche cojonuda. Caminamos por Barbieri. Apenas hay gente. ¿Qué hora es? Casi las seis. David se frena, me pone contra la pared, se me lanza al cuello. Lo vas a flipar. Te voy a cortar las dos orejas, mamón, pienso. Voluntad y entrega, conocimiento apabullante de los terrenos y las querencias. Va por ustedes. Más artista que Belmonte y más valiente que Espartero. Me desabrocha el pantalón, codicioso. Mientras tanto yo me fijo en un anuncio medio arrancado de la pared. Se dan clases de tango argentino. David se está animando, empapado en la muleta. Una pareja de pijos en la otra acera se ríe. Maricones. Miro a los lados. No me mola estar aquí. Esto se nos va de las manos. Tengo que decirle que pare. Para. Le doy con la rodilla. Para. ¿Qué? Que pares, coño. Otra espantá. Se mosquea. Estrecho, escupe, más bravucón que otra cosa. Y tú inane. Se da la vuelta y se va. Me rasco el cogote. Enciendo un cigarro y echo a andar. Torero, torero. Eres un pringao.
|