Antes era así, un par de miradas y elegías el primero que estaba a tu alcance. Hay quienes, los más talentosos, sólo requerían de una roca para cortar el Melón justamente por donde querían. En estos tiempos sólo se usa el cuchillo, y lo peor de todo es que cada vez está más peligroso.
Imagínate que antes de usarlo tienes que enfrentarlo, mirarle los dientes, apretarlo con fuerza, ser tú más que él. Tienes que entrarle decidido y demostrarle que tú eres más dañino. Durante los primeros diez segundos se arma una batalla campal en la cual quien más intimide es el ganador; es que el cuchillo no te lo va a ser fácil, o acaso creías que para él es sencillo tener que ponerse al frente de un Melón, y más aún, atado a tus manos. Es difícil, el cuchillo también te elige.
Después de que ya lograste intimidarlo, debes limpiarlo, cosa que se note que te preocupas por él. Acostumbra tus manos sobre su mango, hazlo sentir cómodo, que sienta que junto a ti, ya el resto no importa, que juntos se conecten de una manera tan extraña que hasta el color de tu piel se pegue en el mango. Míralo un par de veces para que siga pendiente tu atención, y regálale confianza, toda la que puedas entregar. De vez en cuando dale apretones más fuertes para que tenga alguna idea de cómo palpita tu corazón. Luego, y sin dejar de sostenerlo, pruébalo. Prueba su exquisito filo donde tú quieras, pero debe ser con suavidad, con lentitud, justamente con la extrañeza de aquel momento vivido, donde su filuda hoja ya es perfecta para ti.
No todo está logrado. Aunque te extrañes, aún no estás ni cerca de saber si es el cuchillo apropiado para cortar el Melón, ya que a pesar de estar a un paso, es sin duda, este último, el más complicado de todos.
Después de probarlo, suéltalo y déjalo ir.
Espera un tiempo para que sea libre. No lo atores, sólo hazte recordar. Durante este periodo sufres mucho, ya que lo único que quieres es partir el Melón, y si el cuchillo es tentado por otras manos, quizás ya te puede dejar, y tienes que empezar el proceso con otro filo distinto. Tiempo innecesario.
Pasa aún más tiempo y el cuchillo ya siente la ausencia de tus dedos. Es ahí cuando debes tomarlo denuevo y provarlo, pero esta vez con violencia y una cuota extrema de confianza, contra algo muy difícil de cortar, y si lo logran, es porque ya tienes la herramienta perfecta para trazar la mitad que quieras del Melón Tuna.
|