No voy a mentirte,
y es que sí me provocas.
Me provoca peñiscarte y escalarte,
hundirme y ahogarme en tus brazos
y saborear tu mirada desconcertada.
Me provoca responder
al roce de una uña tuya
con la más tierna entrega.
No voy a mentir
y es que me provoca tanto.
Perlo lo callo, lo evito,
lo sueño y lo huyo.
Sería delicioso que leyeras esto.
Que lo leas y que en cada silencio
me mires, me estudies...
Que no pudieras dejar de saborear
tus deseos súbitos de tenerme.
Sería delicioso.
Texto agregado el 12-01-2005, y leído por 419
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