Desperté poco a poco al oir tu nombre,
Al reconocer tu imagen y tengo que admitir
que me invadió la sorpresa, ella entró por los espacios de mi piel
de mis recuerdos, por los laberintos absurdos o traviesos de mi mente.
Pude verte a través de la gente, y la distancia que nos separaba, y no pude hablarte, no por decreto, sino por el miedo a que escuches el latir de mi corazón o a que leas en mis ojos la pasión que aún provocas.
Ha pasado un año y nuestro encuentro casual, convocó a mis miedos de encontrarte y no saber qué hacer. En esos minutos de miradas furtivas me enfrenté cara a cara con este amor pernicioso de tantos años, con los prejuicios ajenos que nos observan.
Aún con todas mis amarras, mis límites, mis frenos…, quería salir corriendo a tu encuentro, aproximarme a vos, darte un abrazo…., pero hay entre tus manos una alianza con la que no puedo competir y ese es un lazo que tampoco deseo soltar o derrumbar, con un sentimiento válido, pero que subvierte tu orden de cosas…., te quise y te quiero a pesar de esas fronteras…, te quise y te quiero a pesar del tiempo transcurrido…..
Desperté al mirarte de nuevo después de lunas y soles, de estos días y noches, colmadas por tu ausencia…, y no puedo describir el palpitar de mi corazón enamorado que aún te extraña, con los pensamientos que aun te traen hacia mi y mi cuerpo que aún te ama…..
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