Entre pétalos de margaritas deshojadas, entre senderos de nubes rosadas, recogiendo estrellas, levantando mis brazos, quiero alcanzar lo que un día bajó del cosmos para mi...pero subió de nuevo: mi hermoso Khu.
A mi lado está Revad, mi unicornio, quien se apodera de mis pensamientos cada vez que le place y empujándome con su cuerno de oro me incita a que sigamos....me pregunto: ¿seguir a dónde? Hacia el Sol. No!, es demasiado pequeño para abrigar este amor...prefiero la constelación del Planeta Rojo, mi querido Aldebarán...
Quizá, caminando por alguna de aquellas calles esté él, puede ser que ni me mire o a lo mejor, yo me esconda tras algún prisma y mi sombra de mil colores se refleje en su andar y crea que es feliz....ahora que regresó a su destino.
Shhh Revad! Calla! que nos puede escuchar y con suerte hasta ver con sus ojos amarillos, ojos que amo, ojos que queman.
Dicen que es hechicero...dicen que es del lugar de Hades, pero sabes Revad? No es asi, yo lo conozco bien. Lo que ignoran es su brillo de pulpa de cereza, de rayo de luna llena, de ojos de ángel....y asi me abrigó toda, me abrazó con ternura, me envolvió con pureza. Pero, te cuento algo, Revad?
Se fue...no por nosotros o por ellas, las del bosque, no, no te asustes Revad, se fue porque así lo decidió, decisión inútil para mi, pero fundamental para mi Khu...
Vamonos de aqui Revad, el solo hecho de estar en este lugar de amor me hace desfallecer y no quiero dejarte aquí solito y tampoco mis alas responden....Volvamos de nuevo al bosque y acostados en el cesped, mirando al cielo, como cada noche, esperemos que se asome el pegaso negro, con mi jinete de plata y quizá levante su mano para decir "adios" o para llamarme de nuevo a su vida...
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