Mira, Nicaragua, mi amor es tanto que hoy te haré el amor con los cinco dedos de mi mano:
Mira, primero con el meñique descubriré las huellas de Acahualinca en tus pezones grandes grandes y rosados;
Después, con el anular cartografiaré la españolidad violenta de Córdoba, de Pedrarias Dávila en el mapa obsceno de tus pechos;
Con el corazón medio combatiré la filibustera rapiña de los Morris, Drake, Mansfield, Morgan, Walker y compañía en tu armadura sensual y bélica de cuello;
En cuarto lugar, con el dedo índice coseré la palabra Placer, la Palabra de Sandino (¡La libertad no se conquista con flores sino a balazos!) en tu vagina de corredora de gran gran fondo;
Finalmente, con el pulgar estudiaré el himno (¡Salve a ti, Nicaragua...!) y las normas básicas de la Constitución Republicana (“La independencia, la soberanía y la autodeterminación nacional son derechos irrenunciables del pueblo y fundamentos de la nación nicaragüense, Artículo 1º) en tus nalgas de indígena de almenos 10000 años de historia.
Mira, Nicaragua, mi amor es tanto que hoy te invitaré a creer en un Futuro Mejor con peaje erótico incluido...
Pavel Robert de Comores, a 11/01/05
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