De la colección Semana de Romance y Misterio
El famoso rockero Tino Stevens apareció muerto esa mañana en su departamento con un certero balazo en el corazón.
Meses más tarde, Severino Brío, el célebre baladista, fue asesinado en la tina de su baño. Tres cuchilladas le habían arrebatado su gloriosa existencia.
Una semana después, Pepino Philippi, el afamado vocalista de los Zapallion, apareció carbonizado dentro de su lujoso coche en una profunda hondonada camino a Trejos.
El mismo destino corrieron Crazy Cuerdo, Tanny Contreras, Cornelio Plumberg y los cinco integrantes de Wallace, todos ellos asesinados de diversas formas. La única constante de este presunto asesino en serie, era que sus víctimas gozaban de la popularidad de sus fans gracias a sus estruendosos éxitos musicales.
Tania contemplaba con lágrimas en sus ojos, esos coloridos posters que atesoraba en los muros de su dormitorio.
-Yo amaba a esos hombres, me fascinaban. Pobrecito este, con esos ojitos tan lindos. Y este otro, y estos. ¡Ay! No se que va a ser de mi vida sin ellos.
El marido, que la contemplaba de reojo, sonreía sarcásticamente. Sólo temía que apareciese pronto otra celebridad musical porque, por ahora, todo lo que él deseaba era tomarse un largo descanso…
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