En este último tiempo he tenido sentimientos de angustia y de miedo, razón por la cual había dejado dormido el sentimiento de pasión y deseo.

Al pasar de unas semanas finalmente llego el día; Día que para mi no era esperado, más bien lo veía lejano.
Recibí un llamado que me hacía saber que en pocos momentos podría estar con mi amado.

Con solo saberlo mi cuerpo comenzó a disfrutarlo, mi sexo como nunca comenzó a reclamarlo, y ya en el momento de sentirlo cerca mi cuerpo descontrolado buscaba disfrutar de lo que él tenia guardado.

Era un mar de deseos sin poder controlarlo, por momentos me daba cuenta de lo humedecida que estaba entre mis piernas, mientras mi sexo palpitaba con gran fuerza.

El tiempo se hace corto cada vez que nos encontramos, los besos y caricias sobran pues tenemos demasiado, pero por esta razón no quiero estar triste, ni mucho menos sentirme insatisfecha, pues hay que considerar que a pesar de los inconvenientes existe un tiempo encontrarnos.

Hoy por la mañana desperté y aun sentía su presencia, dormía tranquilamente cuando entre sueños sentí que mi sexo se humedecía, lleve mis manos hasta la vertiente y comprobé que la compresa estaba abierta.

Cerré mis ojos para recordar la tarde en la que disfrutamos de tanto gozo, quite mis manos de mi sexo y las lleve suavemente hacia arriba, toque mi cara y poco a poco comencé a sentir su aroma muy cerca, por lo que mi sexo comenzó a reclamar nuevamente su dulce presencia.