Era se una vez, una tarde de verano, ella permanece en su habitación en su cama, sola. Intentando dormir, pero aún le es muy difícil, las imágenes se despiertan en ella, son como unas diapositivas que le hacen revivir ese momento, día tras día.
Sus amigos, su familia... no la entienden, ni entienden el dolor en el que vive. Es tan intenso y constante, ve que no cesa con el paso del tiempo, si no todo lo contrario se vuelve cada vez más real y vivo. Porque su muerte se hace más patente, ya que es más consciente de que no volverá.
Le cuesta abrir los ojos, así que lo hace poco a poco para que la luz del sol que entra por su ventana no le moleste, aunque en un tiempo a esta parte todo lo molesta; la compañía, la soledad, el ruido, el silencio... Y con este verano caluroso, se siente con menos fuerzas para afrontar el día a día. Aunque ya no llora tanto como antes, ya que convertía su cuerpo en un rio de agua salada. Ahora lo hace por la noche cuando solo escucha su respiración y su agonía, se deslizan unas pequeñas lágrimas por su rostro mojando la almohada.
Se sienta lentamente al borde de la cama, sus pies rozan el suelo frio, sus codos se apoyan en sus rodillas y sus manos sujetan su cara, acariciando su rostro, para intentar borrar los pensamientos que aparecen del recuerdo. Aún lo busca, lo piensa, lo siente, sabe que son malas jugadas de su mente, pero le duele tanto hacerse a la idea que nunca más volverá a aparecer por la puerta. Se siente tan vacía, le falta un trozo de su vida que se fué con él.
La gente la mira, esperando que suceda algo. Ella solo hace que dejar la mirada perdida intentando buscar algún sentido a todo lo que le ha sucedido y le está sucediendo. Y nunca saca nada en claro, solo pide una tregua, un descanso para su dolorido corazón.
Se pone en pie y se dirige hacia su armario, lo abre y mira la ropa, hace unos días que no se quita el pijama y necesita sentirse nueva. Y de pronto, se queda mirando el rostro y el cuerpo que se reflejan en el espejo de la puerta del armario. Y ve una chica cansada, agotada por una batalla que esta a punto de perder. Aunque sabe que la guerra la tiene ganada, el triunfo es su vida, porque está viva, de ella depende como vivirla.

"Las lágrimas son agua salida del corazón, del alma. Es la manera que el corazón expresa su dolor."

Dedicado este cuento a Gato, siempre estarás en mi.